Pandemic Tales
Pandemic Tales
Liebesspiele
“Pozo profundo de emociones”
El Despertar
Brillo en la oscuridad
©by Camila Montoya
Camila is a writer from Medellin, Colombia
Brillo en la oscuridad
Era una simple prostituta nada en especial, aunque para él no era así, para él… Era especial.
Una clase de universo que él ha Sido el único que ha descubierto. Una virgen así me sentía, así me hacía sentir él.
Llegamos a la habitación y está vez quise salir de la rutina, pedí tapar sus ojos, lo pensó por unos segundos, acepto, hice lo mismo.
Acaricié, el acarició, sentía su piel, quería que sintiera la mía, acariciaba mi espalda y mi vagina ya estaba húmeda, Moría por qué tuviéramos sexo, pues era lo más normal del mundo, pero no, tenía que aguantar, quería que fuera especial.
Sus manos cada vez estaban más cerca de mis pezones, con sus dedos acariciaba al rededor de mi seno, tocó mi peson, quería que me lo apretase y me lo mordiera. Mi vagina cada vez se ponía más y más húmeda y no sé que palpitaba más fuerte, mi vagina, mi corazón o mi alma. Tenía que aguantar, mi rebeldía, y mi obsesión por el sadomasoquismo, el dolor de mi cuerpo hacia que me olvidará del dolor de mi alma. No quería pensar en nada, solo quería sentir y disfrutar de sus caricias tan tiernas.
Sentí sus manos cerca mi vagina, acariciaba, y yo loca por gritar, gemirle, decirle que cogiese mi cabello y me diera una bofetada en mi culo… Me aguanté.
Llegó a mí clítoris y empezó hacer unos movimientos circulares, cómo si me tocase yo misma. Mis tristezas se iban, las preocupaciones del dinero ya no estaban, el hacía que todo desapareciera… que en el mundo solo estábamos el y yo.
No podía esperar quería que el penetrara mi vagina, aunque en todo esos minutos sentía que el penetraba mi alma. Recordé esas docenas de hombres que les hacia el sexo, pero con las caricias de el, sentía que era el primer hombre, ¡JODER! Solo quería dejar mis pensamientos atrás y disfrutar de su piel, de su amor, me sentía amada, ¿quién lo puede creer? ¿Quién puede amar a una prostituta?
Deje que mis pensamientos desaparecieran me deje llevar, lo folle, le hice el sexo como yo sabía hacerlo, lo disfruté, y me encantó.
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El Mu
©by M.Kuliniec & Zenvampires
1. La nada
Porque está en todas partes: en el cine, en la plaza, en la iglesia o en el teatro. Nada nos rodea y se supone que nos salvará ahora. La nada se redefinió en muy poco tiempo y ahora debería ser amigable. La nada. Solíamos tener miedo de nada. No lo queríamos. Teníamos muchas ganas de llenarlo de algo para que ya no sea nada más que algo. Quizás un recipiente. Nada se ha asociado con la ausencia, y la ausencia de algo siempre ha sido una deficiencia en la cultura occidental. El resultado de mantenerse alejado. Una partida. Y nada de eso es muy positivo. Y ahora nada debería ayudarnos. Se supone que nos salvará. En forma de distancias. En forma de higiene, donde el objetivo es rechazar a todos los posibles intrusos, limpiarlos, ahuyentarlos. O esperando su muerte en ninguna parte. Nada es bueno.
2. El Mu
En su ciclo de conferencias Le temps et l’autre, Emannuel Levinas intenta definir la nada como la ausencia de todas las cosas. Esta definición tiene sus debilidades. Porque si nada está vacío, inmediatamente desaparece con la aparición de una entidad. Y luego nada es algo. Es cierto que aún no se ha determinado qué es, quizás la entidad o un recipiente que se llena con esta entidad. De esta manera, podríamos definir el mundo como nada lleno de nosotros. O como nada lleno de virus. Y esa es una definición bastante complicada de nada. No estoy seguro de por qué Levinas no tomó la idea de Mu. La vieja idea china de nada (aunque no quiero renunciar a la idea europea de nada aquí y no investigaré aquí qué es lo que la nada de Pascal podría tener que ver con los chinos).
Si nada está vacío, inmediatamente desaparece con la aparición de una entidad.
3. El experimento
Robert Boyle llevó a cabo el experimento con la bomba de aire en 1659 y creó un vacío. Suponemos que fue el vacío. Porque el vacío es una idea, un ideal que viene de Leucipo de Mileto y que encaja muy bien en los cálculos matemáticos. El experimento de Boyle también sirvió para probar la suposición de Galileo. Pero también más, como escribe Bruno Latour en Nous n’avons jamais été modern.
No funciona Porque no significa nada para él. A la joya le falta algo. Le falta Mu.
Bueno, no voy a repasar toda la historia de la idea del “vacío” aquí, es importante para mí que el “vacío” es solo una idea, las ideas a veces pueden materializarse, incluso si la materialización es para un vacío ser bastante difícil.
4. El Mu
Mi segundo encuentro con el Mu fue mientras leía The Man in the High Castle de Philip K. Dick. Un japonés mira una pieza de metal. Debe ser una joya. Pero el japonés no puede encontrar nada en él. Lo mira y trata de meditar en ello. No funciona Porque no significa nada para él. A la joya le falta algo. Le falta Mu.
5. El arte
Fue en 2016 cuando una escultora me pidió que describiera sus obras de arte. Y lo primero que me vino a la mente fue el Mu. No es que les faltara. De lo contrario. Sus esculturas dieron (y todavía lo hacen) al espectador la oportunidad de descubrir algo. Dibujan algo, pero no nos llevan a un resultado. Tenemos que pensar en el resultado por nosotros mismos. Están borrosos. Como las obras de Sarah Kane. Porque no se trata de libertad de interpretación. También podemos tener eso en Hölderlin. Se trata de la posibilidad. A la mezcla.
Nos necesitamos el Mu. Especialmente ahora.
6. El Mu
En la Kritik der reinen Vernunft, Kant definió el espacio como algo dado a priori. El espacio era un lugar donde se nos aparecían cosas. Mientras que Durkheim señaló que el espacio lo define la sociedad que lo habita. La investigación antropológica (sí, también me refiero a los Hopi, pero no solo) en América del Norte lo ha confirmado. El espacio en el que vive una sociedad también determina el idioma de esa sociedad. Pero la habitación nunca estuvo vacía.
Entonces, ¿qué pasa con Mu? Cuando no tenemos nada Porque Mu no solo significa espacio. Mu solo se refiere a la posibilidad. En su libro Philosophie des Zen – Buddhismus, Byung-Chul Han escribe que el Mu es el lugar de encuentro. Mu es necesario. Para que la montaña se convierta en una nube y la nube en un río y el río en una montaña. En Mu las entidades no tienen límites. Uno pasa al otro y así se encuentran. En el Mu.
Necesitamos el Mu y esta comprensión de la naturaleza. Especialmente ahora, cuando hay tanto vacío entre nosotros y queremos redefinirlo semióticamente.
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Beschleunigung. Verlangsamung. Veränderung.
©by M. Kuliniec
Der Stillstand. Nichts bewegt sich. Hinter dem Fenster sieht man nichts. Kein Fahrzeug. Nur ab und an der Polizeiwagen, der kontrolliert, wie viele Menschen auf der Straße sind. Und ob sich alle an die staatlichen Anordnungen halten. Und ob sie dann auch nicht zu nah einander laufen. Sonst bewegt sich nichts. Nicht mal die Blätter an dem Baum hinter dem Fenster. Nicht mal eine, die den blauen Himmel bedeckt. Es gibt unzählige Möglichkeiten, den Stillstand zu beschreiben. Es gibt auch genauso viele Reaktionen darauf. Und es liegt nicht nur an der kognitiven Möglichkeit, den Stillstand wahrzunehmen. Oder an dem kulturellen Kontext. Es liegt auch an den eigenen Strategien eines jeden Menschen, diesen zu gestalten.
Es gab Angst. Angst ob der vielen Zeit, die jetzt jeder hat und nicht weiß, was er damit anfangen soll.
Wie verhielten sich die Menschen während des Stillstands? Haben sie es überhaupt als Stillstand wahr genommen. Im März habe ich angefangen, zufällig und ganz unterschiedlich Fragen zu stellen. Dann habe ich fest gestellt, dass dies keine wissenschaftliche Methode ist, um den Zustand zu erkennen, zumindest war sie anthropologisch nicht sauber. Und dennoch halte ich sie für interessant. Wissenschaftliche Methoden können auch Lücken enthalten. Diese beschreibt Levy – Strauss in seiner “Strukturellen Anthropologie”. Ich würde hier nicht näher darauf eingehen wollen. Jedenfalls waren die Reaktionen sehr unterschiedlich. Und sehr vielfältig. Und nicht strukturiert.
Es gab die Angst. Angst ob der vielen Zeit, die jetzt jeder hat und nicht weiß, was damit anzufangen. Das Fenster, aus dem ein Beobachter nichts sieht außer der Leere. Des Stillstands. Der Verlangsamung. Es gab Beobachter. Menschen, die beobachteten. Ich habe aber auch Menschen gesprochen, die es als Chance gesehen haben. Sich selbst zu verbessern. Oder endlich Bücher zu lesen.
Es gab Menschen, die ihr Leben einfach weiter lebten. Menschen, für die Social Distancing etwas alltägliches ist.
Es gab Menschen, die Entdeckungen gemacht hab.n. Zum Beispiel, dass sie jetzt von jedem Ort der Welt studieren könnten. Wenn sie denn den Ort erreichen könnten. Oder auch Menschen, die sagten, daß sie das erste Mal seit Jahren wirklich mit der Familie haben sprechen können. Ohne den Druck, dass sie keine Zeit haben, dass sie gleich wieder los müssen. Es gab nichts, wo sie denn hin müssten. Es gab darunter auch Familien, die sich mit ihren Kindern haben beschäftigen müssen. Und Menschen, die sich in der Einsamkeit eingeschlossen fühlten. Wie in einem Gefängnis. Die andere Menschen brauchten. Die den Kontakt mit den anderen suchten. Es gab aber keine anderen. Denn im Stillstand steht alles.
Es gab aber auch Menschen, die einfach ihr Leben weiter lebten. Für die Social Distancing ein tägliches Leben war. Und die keinen signifikanten Unterschied zu früher gesehen haben,. Und die ihre Angst vor (oder Abneigung gegen) sozialen Kontakten jetzt bestätigt sahen. Oder aber Menschen, die alles positiv sahen. Und auch diejenigen, die in der Einsamkeit auf interessante Gedanken kamen. Daß dies alles von der Natur geregelt sei. Oder von einer anderen Kraft, die sie aber selbst nicht haben beschreiben können. Doch jeder hat die Einsamkeit gespürt. Aber Einsamkeit alleine ist kein Stillstand. Es ist die Frage nach dem Begriff der Zeit.
Wenden wir eine andere Definition der Zeit, begreifen wir Zeit als einen Raum, ein Kaninchen oder einen Spiegel, werden wir den Stillstand begreifen können.
Ich möchte an der Stelle nicht zu weit ausholen. Doch der Zeitbegriff ist sehr wichtig. Die Wahrnehmung der Zeit können wir nur so begreifen, wenn wir einen Begriff der Zeit haben. Wenn wir die Zeit als einen Verlauf vom Punkt A zum Punkt B definieren, können wir diesen Verlauf als schnell oder langsam definieren. Dies ist die kantianische Definition der Zeit. Wenden wir eine andere Definition, eine in der die Zeit keine Linie, sondern eine Kugel, ein Raum, ein Kaninchen oder ein Spiegel ist, begreifen wir den Stillstand anders. Aber das nur am Rande.
Die Beschleunigung. Denn es gab eine. Und vielleicht ist das das interessanteste an der ganzen Sache. Denn die Beschleunigung hat zwei Gesichter. Das erste ist offensichtlich. Und jeder meiner Gesprächspartner hat es sofort gesagt. Die Beschleunigung bei der Nutzung der Technologie. Vor Allem bei der Nutzung des Internets. Ich möchte es an dieser Stelle nicht bewerten.
Die Beschleunigung kann auch politische Auswirkungen haben.
Doch alle lernten schnell, wie Werkzeuge funktionieren, um Inhalte übers Netz an sehr viele Menschen weiter zu geben. Das kann auch positive Auswirkungen haben. Nicht nur auf die teilnehmenden Menschen. Auch auf diejenigen, die den Content nun empfangen können. Ich möchte an der Stelle nicht alles aufzählen, was sich da verändert hat. Fakt ist, dass sehr viele nun mit neuen Situationen haben umgehen lernen müssen. Schnell. Denn es gab keine andere Möglichkeit. Keine andere Chance. Es gibt Typen von Menschen, die eine solche Situation benötigen um Neues auszuprobieren. Die nicht die ersten sind. Das ist im Tierreich nicht anders.
Die Beschleunigung. Das zweite Gesicht. Denn es gab das zweite, das leise Gesicht. Etwas, was nicht so offensichtlich ist. Es gibt Drohnen, die in Paris das Verhalten der Menschen kontrollieren. Es gibt Polizisten, die dem Abstand der spazierenden Menschen ganz genau messen. Es gibt auch, so scheint es zumindest, einige Lager, die dieses Neue beurteilen. Doch darüber möchte ich jetzt nicht schreiben. Es gibt ein ganz neues Gesicht dessen, worüber Derrida schrieb, dass der Staat Gewalt anwende um das Recht durchsetzen zu können.
Ein Spaziergang kann plötzlich staatliche Organe auf den Plan rufen. Ein Treffen mit Freunden wird als Gefahr für die Allgemeinheit angesehen.
Es ist keine neue Qualität dieser Gewalt. Es ist ein neues Recht. Es entstanden ganz neue Situationen, die aasgesellschaftliche Leben beeinflußt haben. Und es gibt immer noch ganz neue Überlegungen des Staates, wie das Recht angewendet wird. Und wie es ausgeweitet wird. Der Staat bekommt ein neues Gesicht. Und dieses Gesicht veränderte sich sehr schnell. Mit einer Geschwindigkeit, die wir nicht mal bemerkten. Oder doch. Wenn wir beim Treffen mit Freunden erfuhren, dass es plötzlich verboten ist. Wenn wir für alltägliches Verhalten plötzlich mit Strafen haben rechnen müssen. Wenn ein Spaziergang plötzlich staatliche Organe auf den Plan rief. Sicherlich. Der Staat kann es immer wieder legitimieren. Es ist aber hier nicht die Frage. Die Beschleunigung kam schon ganz früh. Als nämlich Zizek auf die Frage Agambens nach dem Sinn der Maßnahmen Partei bezog und sich hinter Hegel verbarrikadierte. Die Barrikaden scheinen bis heute Bestand zu haben. Die Linien ebenfalls. Und die Zeit spielt hierbei eine sehr wichtige Rolle.
Verlorene Freiheiten werden nur selten ohne Weiteres zurück gegeben.
Die Änderung. Und sie bleibt auch dann so verändert. Darauf macht Hans – Georg Gadamer in seiner Lektüre Heraklits aufmerksam. Die Änderung in der Vision Heraklits ist etwas seltsames. Denn wir wissen, dass sie kommt. Daß etwas sich grundlegend ändern wird. Daß sie bald da ist. Wie ein Krieg. Wir hören schon die Kanonen. Oder lesen in einer Zeitung von einem Virus, das sich mit Lichtgeschwindigkeit ausbreitet. Und wir leben das alte Leben noch. Als wenn nichts passieren würde. Der Krieg ist ein Prozess. Auch die Ausbreitung einer Pandemie. Es geschieht nicht von heute auf morgen. Aber da wir in einer Zeitvorstellung gefangen sind, die nach dem A ein B verlangt und sich nicht überlegt, dass vielleicht bei A die Reise stehen bleibt, wissen wir, dass B kommt. Auch wenn wir bei A noch keine Vorstellung vom B haben. Dann kommt B.
Zweimal in den selben Strom können wir nicht einsteigen. Es gibt kein Zurück zu früher.
Und alles ändert sich plötzlich. Serge Halime schrieb in der Aprilausgabe der Le Monde Diplomatique, dass erlassene Gesetze sehr selten zurück genommen werden. Dass verlorene Freiheiten nur selten ohne weiteres zurück gegeben werden. Dass der Zustand B jetzt andauert. Und wir haben uns sehr schnell an diesen Zustand gewöhnt. Wie an die Masken. Die wir angehalten sind, überall in geschlossenen Räumen zu tragen.
Das andere Phänomen, das Heraklit beschreibt ist eben eine Beständigkeit. Oder ein Stillstand. Dass wir nämlich zu dem Alten nie wieder zurück kehren werden. Dass wir in der neuen Realität bleiben werden. Dass wir nicht zweimal in den selben Strom einsteigen können. Dass auch wenn wir in den Fluß steigen, wir nicht mehr in dasselbe Wasser steigen werden. Denn die Zeit fließt. Und das B ist nun auch A. Und das alte A wurde ausgelöscht. Für immer. Und ein C steht am Horizont. Und es sieht schlimmer aus als das B. Und es kommt. Wie die Kanonen.
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Artists read scripts II
The 2nd script. And the 2nd very short movie.
Scripts we read may never be realised. But this is nit the question. And when you have a script (somewhere, in your imagination maybe), don’t hesitate to make a little movie and send it us. We will be happy to present it here.